Estuve viendo en mi clase de literatura poesía y de pronto me llegó la inspiración para escribir este poema, se lo mostré a una amigo para que me dijera que tal, y dijo que debía volverlo canción, aquí se los pongo.
Lo conoció un día,
cuando él salía,
el relojero del pueblo,
ella lo sabía.
Decidió volverse
su aprendiz,
para verlo a él
y ser feliz.
Ella, ojos dorados,
de belleza sin par,
él de ojos negros
y soledad espectral.
Ella no salía,
para sospechas
no levantar, entre
todos los de la ciudad.
Luego la otra llegó
como un rayo de sol,
y a ella la alejó
de su corazón.
“Acompañarla debes”
le dijo él,
“no conoce y
el lugar es cruel.”
Ella no se resistió
y la cuidó,
su corazón
muriendo de dolor.
Usando un antifaz
acompañó, a la
que de su amado
el corazón robó.
De sus sentimientos
ella nunca habló,
sin embargo, la otra,
cuenta se dio.
“Tu lo quieres”
dijo un día.
Ella o negó,
que lo quería.
“Por desgracia
él no me quiere”,
ella respondió
y en silencio, lloró.
La otra, enamorada
de otro estaba,
ella lo sabía
y lo guardaba.
Un día fatal
tenía que llegar.
Cuando el que la otra adoraba,
con celos llegara.
Sabiendo que aquella
con el relojero vivía,
lo atacó,
con furia vacía.
Ella lo vio, y se interpuso
él intentó detenerla
ella caso no hizo
y el otro, disparó.
A ella, la bala,
el corazón le atravesó
sacrificando su vida,
por el que ella amó.
Él sin creer,
su cuerpo inerte abrazó.
“Que tonto he sido”
con fuerza exclamó.
El otro no se conmovió,
levantó su arma, y
al relojero,
una ves más, disparó.
Él no se dio cuenta
cuando la bala lo atravesó
y abrazando a su aprendiz,
él, expiró.
Una historia muy triste en verdad, pero creo que algún día se hará realidad, no lo sé, sólo lo presiento. Digan que les parece, por favor.
1 comentario:
Maginifico, es muy duro pero verdaderamente intenso. Bravo. Desde España te saludo
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